La refinería de bp en Castellón ha obtenido una nueva certificación de AENOR basada en el Sistema de Gestión de Organización Saludable (SIGOS). Esta acredita que reúne las condiciones propias de un entorno de trabajo seguro y saludable.
De esta forma, la certificación SIGOS avala el modelo de gestión de bp Castellón dadas sus garantías en materia de prevención de lesiones, cuidado de la salud y a la hora de facilitar e implantar hábitos de vida adecuados para las personas que la componen, sus familias y otras partes interesadas.
Los requisitos para ser considerada una organización saludable, de acuerdo con los criterios de esta certificación, son cuatro: salud y seguridad de las personas de la organización; estilo de vida; cultura enfocada en el bienestar de la organización; y compromiso con la comunidad.
Habitos saludables en la refinería de Castellón
Estos abarcan, por tanto, desde programas orientados a promocionar e implantar hábitos saludables a políticas de conciliación o la promoción de acciones en beneficio de la comunidad, tanto en lo que se refiere al cuidado del medio ambiente como al bienestar global de la sociedad.
“La salud, la seguridad y el bienestar de las personas son elementos clave en nuestro trabajo diario en la refinería, y, por eso, buscamos diariamente cómo mejorarlos”, ha explicado Francisco Quintana al respecto. “Con el reconocimiento que supone esta certificación SIGOS, seguimos avanzando en el camino hacia la excelencia para que la refinería de Castellón sea un mejor lugar en el que trabajar”.
La refinería de BP en Castellón producirá hidrógeno
El complejo petroquímico es el mayor productor y consumidor de hidrógeno de la región. Después de medio siglo de historia, y tras modernizar sus instalaciones, busca la transformación de su producción con energías verdes gracias a la instalación de un electrolizador. La inversión está orientada a garantizar el futuro de la planta de energía.
BP anunció un acuerdo con Enagás e Iberdrola para una primera fase con un electrolizador de 20 megavatios (MW). Este puede ampliarse hasta los 300 MW. A principios de este año, se informó sobre el aumento de la capacidad inicial a 60 MW. Así la instalación será capaz de suministrar una cuarta parte del consumo de la propia refinería.
El nombre del proyecto de hidrógeno es Azahar Green. Tiene una inversión estimada de 196 millones de euros en su primera fase. Ascer y Anffecc también, firmaron un acuerdo con BP garantizando la viabilidad del proyecto.
Una de sus claves es precisamente tener asegurada la producción de hidrógeno para abastecer la propia refinería. Además, parte importante de esa inversión se emplea en plantas fotovoltaicas para alimentar el electrolizador de hidrógeno.
La creación de una fábrica de hidrógeno verde en la refinería de Castellón también permitiría ofrecer esa energía a la mayor industria de Castellón. Esta provincia tiene una prestigiosa fama mundial por ser fabricantes de baldosas cerámicas.

Sobre la refineria de BP en Castellón
La refinería de BP en Castellón centra su actividad en el refino y la comercialización de los productos petrolíferos terminados. Ahora afronta su nuevo reto hacia la producción de hidrógeno. La Refinería de Castellón es la única refinería en la Comunidad Valenciana.
La construcción de la actual refinería comenzó en 1965. Desde su puesta en marcha en 1967, tuvo una capacidad de tratamiento de 3 millones de toneladas al año. Esta capacidad se duplicó mediante ampliaciones en los años 1972 y 1980. Actualmente su capacidad es de 6 millones de toneladas al año.
A finales de 1974 la compañía, conocida hasta entonces como Esso Petróleos Españoles, pasó a denominarse Petromed. En 1991, la multinacional BP se convirtió en el principal accionista de Petromed y pasando a denominarse BP Oil España.
Los competidores de BP en la carrera por el hidrógeno en Castellón
Orange.Bat es otro gran proyecto para descarbonizar la industria del azulejo en Castellón. Etra, empresa perteneciente al grupo Vinci invertirá un presupuesto de 420 millones. El proyecto tratará de emplear la red de gas existente para distribuir el hidrógeno generado hasta las fábricas de azulejo.
Porcelanosa, una de las empresas más importantes a nivel mundial en el sector de la cerámica ha preferido negociar con Iberdrola para la implantación de su propio electrolizador. Para que el combustible sea hidrógeno verde usará sus plantas fotovoltaicas en su complejo de Villa Real. Este plan trata de eliminar un 50% de su consumo actual de gas.
Catalina reforzará el suministro de hidrógeno en Castellón
Catalina es la denominación del proyecto para la producción de hidrógeno y amoníaco verde en Valencia. Una gran infraestructura que permitirá conectar la generación de hidrógeno con el consumo industrial en la costa este de España mediante una infraestructura sostenible.
La Comunidad Valenciana es un lugar adecuado por ser uno de los principales focos de consumo de gas natural, destacando su consumo en la industria de la ceramica.
El proyecto Catalina se ubicará en Sagunto. Alcanzará los 5GW de energía eólica y solar fotovoltaica en Aragón que abastecerán a un electrolizador de 2GW. El Proyecto Catalina pretende generar hidrógeno para cubrir el 30% de la demanda actual en España. Se estima conseguirlos en dos años y comenzar la construcción a finales de 2023.
Enagás, Naturgy, Fertiberia, Vestas y Copenhagen Infrastructure Partners son los promotores de este gran proyecto de hidrógeno en la Comunidad Valenciana.
Los participantes del consorcio han firmado un acuerdo de colaboración para llevar a cabo el proyecto. La inversión final necesaria se confirmará durante el desarrollo del proyecto.
Producción de hidrogeno verde
Catalina I contará con 1,7GW de energía eólica y solar fotovoltaica conectados a un electrolizador de 500 MW que producirá 40.000 toneladas de hidrógeno verde al año. El proyecto conectará Aragón y Valencia a través de un hidroducto. Esta infraestructura llevará el hidrógeno a una planta de amoníaco verde. El proyecto incluye la construcción de una planta diseñada para 200.000 toneladas anuales de amoníaco verde.
Catalina I reducirá las emisiones de CO2e en un millón de toneladas al año. Posteriormente, evitará hasta 2,5 millones cuando el proyecto esté completamente construido. Esta cifra equivale al consumo anual de electricidad de casi 2 millones de viviendas.